QUIEN FUE?
Epicuro fue un filósofo griego, fundador de la escuela
que lleva su nombre (epicureísmo). Los aspectos más destacados de su doctrina
son el hedonismo racional y el atomismo.
Defendió una doctrina basada en la búsqueda del placer, la cual
debería ser dirigida por la prudencia. Se manifestó en contra deldestino,
de la necesidad y del recurrente sentido griego de fatalidad.
La naturaleza, según Epicuro, está regida por el azar, entendido como
ausencia de causalidad. Sólo así es posible la libertad, sin la cual
el hedonismo no tiene motivo de ser. Criticó los mitos religiosos, los
cuales, según él, no hacían sino amargar la vida de los hombres. El fin de la
vida humana es procurar el placer y evadir el dolor, pero
siempre de una manera racional, evitando los excesos, pues estos
conllevan posterior sufrimiento. Los placeres del espíritu son
superiores a los del cuerpo, y ambos deben satisfacerse
con inteligencia, procurando llegar a un estado de bienestar corporal y
espiritual al que llamaba ataraxia. Criticaba tanto
el desenfreno como la renuncia a los placeres de la carne,
arguyendo que debería buscarse un término medio, y que los goces carnales
deberían satisfacerse siempre y cuando no conllevaran un dolor en el futuro. La
filosofía epicureísta afirma que la filosofía debe ser un instrumento al
servicio de la vida de los hombres, y que el conocimiento por sí
mismo no tiene ninguna utilidad si no se emplea en la búsqueda de la felicidad.
FILOSOFÍA
La filosofía de
Epicuro consta de tres partes: la Gnoseología o
Canónica, que se ocupa de los criterios por los cuales llegamos a distinguir lo
verdadero de lo falso; la Física,
que estudia la naturaleza; y la Ética,
que supone la culminación del sistema y a la que se subordinan las dos primeras
partes.
Canónica
La canónica es la
parte de la filosofía que examina la forma en la que conocemos y la manera de
distinguir lo verdadero de lo falso.
Según Epicuro, la sensación es
la base de todo el conocimiento y se produce cuando las imágenes que desprenden
los cuerpos llegan hasta nuestros sentidos. Ante cada sensación, el ser humano
reacciona con placer o con dolor, dando lugar a los sentimientos,
que son la base de la moral. Cuando las sensaciones se repiten numerosas veces, se
graban en la memoria y forman así lo que Epicuro denomina las "ideas generales"
(diferentes a las platónicas). Para que las sensaciones constituyan una base
adecuada, sin embargo, deben estar dotadas de la suficiente claridad, al igual
que las ideas, o de otro modo nos conducirán al error.
Diógenes Laercio, menciona un cuarto proceso de
conocimiento, además de las sensaciones, los sentimientos y las ideas
generales: las proyecciones imaginativas, por las cuales podemos concebir o
inferir la existencia de elementos como los átomos, aunque éstos no sean
captados por los sentidos.
Todos esos aspectos,
sin embargo, son sólo los principios que rigen nuestro modo de conocer la
realidad. El resultado de su aplicación nos lleva a concluir la concepción de
la naturaleza que se detalla en la física, segunda parte de la filosofía
epicúrea.
Física
Según la física de
Epicuro, toda la realidad está formada por dos elementos fundamentales. De un
lado los átomos,
que tienen forma, extensión y peso, y de otro el vacío,
que no es sino el espacio en el cual se mueven esos átomos.
Las distintas cosas
que hay en el mundo son fruto de las distintas combinaciones de átomos. El ser humano,
de la misma forma, no es sino un compuesto de átomos. Incluso el alma está
formada por un tipo especial de átomos, más sutiles que los que forman el
cuerpo, pero no por ello deja el alma de ser material. Debido a ello, cuando el
cuerpo muere, el alma muere con él.
Con respecto a la
totalidad de la realidad Epicuro afirma que ésta, como los átomos que la
forman, es eterna. No hay un origen a partir del caos o un momento inicial. Tal
y como leemos en la Carta a Heródoto: «Desde luego, el todo fue
siempre tal como ahora es, y siempre será igual».
Esta concepción
atomista procede de Demócrito, pero Epicuro modifica la filosofía de aquél en
aspectos importantes, pues no acepta el determinismo que
el atomismo conllevaba en su forma original. Por ello, introduce un elemento de azar en el movimiento
de los átomos, llamado clinamen, una desviación de los átomos en su
caída en el vacío, es decir, una desviación de la cadena de las causas y
efectos, con lo que la libertad queda asegurada.
Este interés por
parte de Epicuro en salvaguardar la libertad es fruto de la consideración de la
ética como la culminación de todo el sistema filosófico al cual se han de
subordinar las restantes partes. Éstas son importantes tan sólo en la medida en
que son necesarias para la ética, tercera y última división de la filosofía.
Ética
La ética, como ya se ha dicho, es la culminación del sistema filosófico
de Epicuro: la filosofía tiene como objetivo llevar a quien la estudia y
practica a la felicidad, basada en la autonomía o autarquía y la
tranquilidad del ánimo o ataraxia. Puesto que la felicidad es el objetivo
de todo ser humano, la filosofía interesa a cualquier persona,
independientemente de sus características (edad, condición social, etc.).
La ética de Epicuro se basa en dos polos opuestos: el miedo, que debe ser evitado, y
el placer, que se persigue
por considerarse bueno y valioso.
EL
EPICUREISMO
La filosofía de Epicuro se caracteriza por
situarse en el lado opuesto a la filosofía platónica: afirma una sola realidad,
el mundo sensible; niega la inmortalidad del alma y afirma que ésta, al igual
que todo lo demás, está formada por átomos; postula el hedonismo en la teoría
ética y como modo de vida y rechaza el interés por la política, optando por un
estilo de vida sencillo y auto suficiente encaminado a la felicidad.
SUS OBRAS
A su muerte,
dejó más de 300 manuscritos, incluyendo 37 tratados sobre física y numerosas
obras sobre el amor, la justicia, los dioses y otros temas, según refiere
Diógenes Laercio en el siglo III.
De todo ello, sólo se han conservado tres cartas y cuarenta máximas (las llamadas Máximas capitales), transcritas por Diógenes Laercio, y algunos fragmentos breves citados por otros autores.
Las cartas son las siguientes:
Carta a Heródoto (no el historiador): trata sobre gnoseología y física.
Carta a Pitocles: se refiere a la cosmología, la astronomía y la meteorología.
Carta a Meneceo: aborda la ética.
Las máximas son de contenido fundamentalmente ético y gnoseológico.3
Las principales fuentes sobre la filosofía de Epicuro son las obras de los escritores griegos Diógenes Laercio y Plutarco y de los escritores romanos Cicerón, Séneca y Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), como ya indicamos, expone detalladamente la doctrina epicúrea.
De todo ello, sólo se han conservado tres cartas y cuarenta máximas (las llamadas Máximas capitales), transcritas por Diógenes Laercio, y algunos fragmentos breves citados por otros autores.
Las cartas son las siguientes:
Carta a Heródoto (no el historiador): trata sobre gnoseología y física.
Carta a Pitocles: se refiere a la cosmología, la astronomía y la meteorología.
Carta a Meneceo: aborda la ética.
Las máximas son de contenido fundamentalmente ético y gnoseológico.3
Las principales fuentes sobre la filosofía de Epicuro son las obras de los escritores griegos Diógenes Laercio y Plutarco y de los escritores romanos Cicerón, Séneca y Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), como ya indicamos, expone detalladamente la doctrina epicúrea.